jueves, 19 de enero de 2017

Recuperando Entradas: Opinión Delbaeth Rising, Camino de Odio

jueves, 6 de octubre de 2016


El rol está vivo. Saca el dado de 20 que te machaco.


Aquí Noomi al habla.

La verdad es que mi intención no es hacer una reseña o una crítica sobre Delbaeth Rising “Camino de odio”. Ni mucho menos. De hecho, estáis asistiendo a la primera opinión que escribo en un espacio público sobre otro autor porque, como autora, no me gusta juzgar a viva voz los trabajos de mis compis. ¿A que estáis emocionados? Lo suponía…





Título: Delbaeth Rising, Camino de Odio.
Autores: Víctor Blanco y Gonzalo Zalaya.
Editorial: Ronin Literario.
Portada de: Darya Kuznetsova
Consíguelo aquí


Como iba diciendo, será una opinión (como el título indica, ojocuidao) sincera sobre lo que YO opino de la novela, la cual es la primera parte de una saga. Y cómo me enrolé en esta aventura, os preguntaréis (y si no, pues lo explico igual). Pues uno de sus autores, Víctor Blanco, que es más majo que todas las cosas y con el que he podido comentar cada jugada interesante de la novela (moríos de envidia), me propuso unirme a la Lectura Conjunta que Andrea organizaba en septiembre. Y aquí estamos, apunto de comentarla.

(Antes que nada, le agradezco a la sierpe más guapa la guía que hizo para hacer una buena reseña, porque me ha servido muchísimo para organizar mis ideas :_D).

Empecemos, roleros intergalácticos.




Con esta frase, que a mí me pareció espectacular y que aparece a los pocos párrafos, la novela captó toda mi atención. ¿Por qué? Pues porque, en muy pocas palabras, fui capaz de entender el tono que iba a tener la novela y lo que podía esperar de Delbaeth, nuestro elfo protagonista. De hecho, desde el primer capítulo te mete de lleno en la historia. Una historia violenta en un mundo peligroso, donde seres como Delbaeth (seres feéricos, o mágicos) son perseguidos y asesinados por un culto religioso que cada vez tiene más fuerza en las tierras del Reino.

Y es que, señores, esto es Grimdark. ¿No sabéis lo que es? Aquí tenéis.

¿Qué demonios es el Grimdark?

Después de esta súper aclaración de Roberto Alhambra, ya sabéis lo suficiente como para continuar con la opinión.

La novela empieza un día cualquiera en la vida de Delbaeth el Cortador, el gran gladiador invicto de Velarburgo. Pero ese día cualquiera pasa a ser el día de su liberación. Laurentius, un viejo mago, antiguo consejero real, compra a Delbaeth para después liberarlo. Y por supuesto, tiene una misión para él. Aunque en ningún momento le impone su voluntad, deja que Delbaeth se sienta en deuda y decida por sí mismo ayudarle en su tarea.

Y aquí entra en juego Ratón (o como yo le llamo: el sabelotodo).



Ratón es un mediano de armas tomar, taciturno, inteligente y muy muy diestro con su espada. Es un viejo amigo de Laurentius, y su cometido será ayudar a Delbaeth con el encargo. Y es que salvar al Reino de una conspiración es un trabajo muy poco agradecido, y si no, que se lo digan a nuestros héroes. Las Hojas Huérfanas, un grupo al “servivio” del rey, serán los encargados de ponerles las cosas muy muy feas a Ratón y a Delbaeth.

A grandes rasgos, y sin desvelar nada (me tengo que controlar porque si no podría soltaros una de spoilers…), esta es la premisa con la que nos encontramos al iniciar la novela. Y quiero que siga siendo así. Yo la disfruté sin tener mucha idea, dejando que las palabras me introdujeran a su ritmo en la trama.

Diferencias extremas


Lo primero que me llamó la atención fue la pasmosa diferencia que existía entre la narración y el diálogo; sobre todo en lo que incumbe a Delbaeth. Mientras que la prosa es cuidada, con una tónica de corte medieval en lo referente al uso del vocabulario y expresiones, los diálogos del elfo son totalmente modernos, simples y cortantes. Por ejemplo, le encanta soltar un “no me ralles” a cualquiera que le toque un poco… la moral. Es el toque de humor en toda esa debacle de muerte, sangre y vísceras que es su vida. Es algo que me gustó, que me mantenía alerta. Y además, me reí mucho con sus salidas de tono. Esto no se observa en los demás personajes, por supuesto. Laurentius es el típico mago sabio con más paciencia que un santo, y en sus diálogos siempre se encontrará (si se sabe leer un poco más allá) una chispa de su saber, una prueba de su larga vida. Ratón, sin embargo, es sarcástico y despierto; es el aporte de inteligencia y astucia a la fuerza bruta de Delbaeth, que con cada palabra busca una provocación, un motivo para desenvainar…lo que sea que haya cogido de su último oponente. Y si algo tienen en común estos tres personajes es la completa falta de malicia, tanto en sus diálogos como en su forma de actuar. Algo de lo que el grupo antagonista, las Hojas Huérfanas, no pueden presumir. Buena prueba de ello es Gumbald, el líder del grupo. Con él, que en apariencia es todo tranquilidad y tono suave y comedido, se puede entrever en cada línea de dialogo y pensamiento la tormenta peligrosa que en realidad es. Os dejo los demás a vosotros, no os lo voy a dar todo hecho. Solo os diré que Decoyen, el cambiaformas (hombre de confianza de Gumbald) os sorprenderá; hay una escena que me dejó partiéndome de risa.


Esto os lo pongo porque sí, porque puedo.





Dime en qué mundo vives y...


El worldbuilding, o construcción del mundo, es simple por el momento, con pilares muy reconocibles que ayudan a entender poco a poco el mundo que se nos presenta. Supongo que en las siguientes novelas, tanto el folclore como las costumbres, las leyes, etc, se ampliarán para enriquecer la flora y fauna, por así decirlo, de la novela. Quiero decir con esto que no hay posibilidad de perderse con nombres extraños ni conceptos nuevos que nos obliguen a releer páginas enteras.


Tejiendo historias y luchas


Respecto a la trama, hay un hilo conductor claro y definido por ambos bandos. Es decir, Delbaeth y Ratón tienen su misión, y Gumbald y las demás Hojas Huérfanas la suya. No hay subtramas que nos alejen del tema central. Y es que, como dicen sus autores, es un libro de fantasía que te puedes llevar de paseo para leerlo en esos momentos muertos en el tren, mientras esperas al autobús, en la cola del Furious Baco de Port Aventura… Una lectura ágil y con mucha acción.

Y si digo con mucha acción, es que hay… mucha acción. Creedme, mucha. Para mi gusto, demasiada a veces. Y es que te puedes encontrar con dos luchas encarnizadas muy seguidas. Había momentos en los que me tenía que concentrar y volver a leer cierto párrafo porque mi mente se tomaba vacaciones. Repito que es mi opinión. Si a ti, lector, te encanta la acción, este es tu libro. Porque he de decir que, aunque a veces las escenas de batalla me aturullaban, están muy bien descritas, sabes en todo momento lo que están haciendo los personajes y dónde se encuentran. Y eso, señores, cuando hay tanto movimiento en tan poco espacio de tiempo, es algo muy difícil de lograr (lo sé por experiencia). Además, las escenas son súper peliculeras, es decir, hay movimientos muy badass y espectaculares que en la vida real son imposibles de llevar a cabo; como rebanar cabezas con solo espadazo, por ejemplo.

Me siento mu solo, Ratón...


Pero si hay algo que me ha gustado de Delbaeth Rising es el tratamiento que da a la soledad, tanto física como mental. En el plano físico tenemos a Delbaeth que, a pesar de ser un curtido gladiador y haber estado confinado más de cien años en un pequeño cubículo, siempre se ha sentido rodeado, ya sea por su inseparable amigo y compañero gladiador Caernavon como por otros gladiadores nuevos (carnaza), o incluso enemigos. Partiendo de la base de que nunca ha sido libre y que, por tanto, ese hecho ya le afecta de un modo que tarda en comprender y apreciar, la soledad llega a él como un mazazo. Por ciertas circunstancias, a Delbaeth le toca caminar en soledad en un determinado momento, y ese momento en el que le vemos torpe, sin saber a dónde ir o qué hacer, en ese momento Delbaeth nos toca el corazón. Porque realmente puedes ver, puedes sentir la soledad y la confusión que emana de él. Dejando de lado que cada personaje, por supuesto, siente soledad a su manera y con sus consecuencias, os hablaré de la soledad que me trasmite Gumbald, un ser que a pesar de tener camaradas a los que incluso les confiaría su vida, no tiene a nadie al que considere su igual. Algo que le condiciona enormemente a lo largo de la novela.


¿Chicas? ¿Y eso qué eh lo que eh?


Otro punto candente, y que más me ha molestado, por eso me lo he dejado para el final, es el tema de los personajes femeninos. Algo que ya comenté con Víctor y que no le vendrá de nuevas. Y es que apenas existen secundarios femeninos, principales no hay, directamente. Hay demasiada testosterona. El paso de las mujeres por esta novela es muy efímero, quedando relegado a un mero apoyo para nuestros protagonistas o algún combate esporádico; bien siendo curanderas, un grupo de mujeres errantes que les ayudan en cierta misión, dos polvos rápidos para Delbaeth… Algo que tal vez en un futuro tengan en cuenta porque… las chicas son guerreras y roleras : D


Sobre la rapidez de Delbaeth...


Y como soy escritora, entre otras cosas, de erótica, me veo en la obligación de hablar de cómo se aborda la sexualidad. Y como es de esperar, y es normal en este tipo de lecturas, las escenas picantes son extirpadas del texto, hay un fundido a negro y ya es la mañana siguiente. Y digo yo, si hay escenas en las que sufres por los personajes, en las que puedes leer cómo le cortan, cercenan miembros, envenenan, le arrancan la piel, etc, ¿por qué no un mínimo de sexo también? Es decir, en la sexualidad expresamos partes de nosotros mismos que nadie más conoce; sería interesante poder ver un atisbo, por pequeño que fuera, de ese Delbaeth (o Gumbald ejem, ejem…). Repito, es solo mi opinión y mis deseos plasmados.

Creo, me parece al menos, que esto es todo lo que tenía que decir sobre Delbaeth Rising, Camino de odio.

Con todos sus pros y sus contras, me ha resultado una lectura amena, divertida en algunos momentos, triste en otros; me ha hecho reír y sufrir; resoplar con ganas de darle una galleta bien dada a Delbaeth, o poner los ojos en blanco por el sabelotodo de Ratón, incluso me ha hecho desear la caída de nuestros héroes para goce de Gumbald. Ya veis, me ha dado para mucho. En vuestras manos dejo la elección. Y a los que os habéis leído entero este cacho de tochón, caramelito y mi amor eterno.

¿Qué tal, os ha gustado? ¿Os llama? A los que lo habéis leído (y con permiso de Alister Mairon XP), ¿pro-Delbaeth o pro-Gumbald? Yo soy team Gumbald jejjeje, por si lo dudáis…

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